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viernes, julio 29, 2005

UNA PEDAGOGIA PARA LA VIDA


RETOS DEL DOCENTE EN EL NUEVO MILENIO.
UNA PEDAGOGIA PARA LA VIDA.
Norma Durán

Municipio Palavecino Estado Lara. Venezuela

Al comenzar un nuevo milenio no encontramos con una NUEVA sociedad, resultante de las transformaciones económicas y sociales consecuencia de los procesos de mundialización y globalización, en la que uno de los fenómenos más importantes es la introducción de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en todos los ámbitos de la vida.

Desde luego, esto ha contribuido a cambiar las formas y maneras habituales del proceder humano: de trabajar, de relacionarse, y de aprender lo que requiere de la educación para permitir y posibilitar que, en general los educandos asuman gradualmente la apropiación reflexiva de esta transformación a través de nuevas competencias. De esta manera se le facilitaría al sujeto tomar conciencia de su sentido de pertinencia, de la finalidad de su quehacer y de las necesidades de transformación, con el fin de reequilibrarse continuamente, en conocimiento, en comportamiento y en actitudes; esta ES LA PEDAGOGIA DE aprender a aprender

Se requiere de una sociedad de aprendizaje permanente; una sociedad educadora, esto viene a ser sociedad del conocimiento que se apoye en una amplia red de instituciones e instrumentos que facilitan el aprovechamiento de los nuevos e incesantes conocimientos generados a nivel mundial. Aprender hoy significa olvidar, desaprender y volver a aprender; la sociedad de hoy tiene que educar para la vida, más allá del aula o del claustro ACADEMICO EN GENERAL

La tecnología será el sustento de la ventaja competitiva, de tal manera que se requiere capital humano bien formado para crear y para dominar los procesos de producción

En otras palabras, hay que desarrollar el conocimiento sin descuidar las destrezas y habilidades que permitan perfeccionar el dominio de procesos productivos.

En términos generales, las nuevas tendencias de la sociedad están relacionadas con tres procesos muy dinámicos y de vasto alcance: la informatización de la sociedad, la globalización y las nuevas tecnologías. La convergencia y el vertiginoso desarrollo de tecnologías vinculadas a la informática, las telecomunicaciones y el procesamiento de datos, y sus casi ilimitadas posibilidades de aplicación, están transformando los conglomerados modernos en sociedades de la información. El proceso de informatización se ha convertido a su vez en la base técnica del fenómeno de la globalización, puesto que ha permitido por primera vez en la historia, superar las distancias para poner en contacto simultáneamente grupos sociales de todo el mundo. Esta realidad suscita un impacto trascendente en la medida en que está posibilitando el surgimiento de una Sociedad Global, la cual necesariamente da lugar a nuevos valores, actitudes y nuevas instituciones sociales.

El desarrollo de nuestro país y su incorporación a la globalización no sólo supone erradicar el analfabetismo y la marginalidad, sino también mejorar
aquellos patrones de conducta que dificultan la superación humana; para esto es necesario un docente competente, y con mística de trabajo; activo en la toma de decisiones pedagógicas y capaces de elaborar propuestas coherentes y globalizadas.

El Estado ya no puede continuar siendo el principal empleador, por lo que, la capacidad emprendedora e innovadora de la que se habla estará en función directa del sistema educativo. La calidad de vida dependerá en consecuencia, de cómo se prepare a la gente y de la manera como se acceda y se aplique el conocimiento, pues la asimilación y dominio de las nuevas tecnologías exige recursos humanos calificados. Ser actor clave en la llamada “aldea global” conduce al docente a colocarse ante este nuevo escenario, en el que el valor fundamental es el conocimiento, el docente se encuentra obligado a responder prospectivamente a las necesidades, exigencias y desafíos del naciente siglo.

El docente es el profesional que tras una formación específica, trabaja con el fin de lograr la preservación de la cultura, e impulsar valores que se integren a los esquemas de vida de la sociedad. En este sentido es el profesional que mejor puede cooperar con la sociedad en la formación de los futuros ciudadanos. Se espera de él que sea quien seleccione contenidos, planifique e intervenga oportunamente y de modo contingente en el proceso educativo. Esta expectativa habilita al docente para la formación de sujetos libres para pensar, y por otra parte le permite construir saberes que en términos sociales signifiquen funcionalidad y potencialidad al ser utilizados en la vida y en el descubrimiento de otros nuevos saberes.

Desde esta perspectiva el docente debe enfrentarse a un debate epistémico dirigido a despejar grandes dudas inherentes a su hacer, conocer y convivir, pues básicamente se encuentra ante una sociedad planetaria en constante cambio, realidad que le exige redireccionar su vida y su práctica educativa partiendo de una visión de multidisciplinariedad.

Responder a estas nuevas exigencias conlleva a la inversión en el desarrollo de los distintos niveles del sistemas educativos a fin de formar el capital humano, pues a pesar de no ser un país productor de nuevas tecnologías, Venezuela cuenta con el recurso humano calificado, podrá difundir y aprovechar las innovaciones que tienen lugar en países más avanzados tecnológicamente.

El gran reto consiste en reforzar el sistema educativo en todos sus niveles, e invertir en la formación del capital humano

En el nuevo milenio, las verdaderas industrias básicas serán aquellas que se basan en la materia prima más importante de esta época: la materia gris, y con ella la capacidad para generar y utilizar los nuevos conocimientos y tecnologías que se requieren.
La complejidad de los actuales procesos sociales apela entonces a un docente con capacidad profesional, capaz de ser lo suficientemente autónomo como para la producción creativa y la toma de decisiones por sí mismo; capaz de conducir a sus alumnos a la confrontación y construcción de conocimientos útiles para el contexto en donde se desenvuelven.

Garantizar esta calidad educativa implica una práctica pedagógica activa y cargada de nuevos significados contextualizados, humanizados, innovadores. Para esto es necesario el compromiso docente, con las transformaciones externas que van tomando forma y con él mismo.

El sector educativo es testigo y al mismo tiempo está llamado a ser actor de cómo las nuevas tecnologías y la sociedad de la información y el conocimiento le exigen repensar sus medios y su finalidad. Los desafíos que trae consigo una sociedad cada vez más compleja, dinámica y cambiante interpelan al docente a revisar las nuevas necesidades educativas, responder a cómo transformar un conocimiento básico en ciencia aplicada y luego en tecnología. De ahí el advenimiento de una nueva sociedad donde prevalecerá el criterio de productividad y competitividad, siendo deseable no permitir la discriminación de la cultura y los valores locales que son, en fin, los que determinan el progreso de la nación y del ser humano. Quiere esto decir que los valores humanos vuelven a cotizarse y es hora de trabajar por los nuestros.

Se puede aseverar entonces, que la sociedad del conocimiento tiene dos características principales: La conversión del Conocimiento en factor crítico para el desarrollo productivo y social; y el fortalecimiento de los procesos de Aprendizaje Social como medio para asegurar la apropiación social del conocimiento y su transformación en resultados útiles, espacio éste donde la educación juega un papel fundamental


Es por ello que se requiere una continua sensibilización pública ante esta revolución tecnológica, a fin de evitar que el incremento de las diferencias sociales. De allí que es indispensable contar con una educación que incluya el acceso y utilización de nuevas tecnologías, lo que hace

Ineludible la participación de todos y de manera especial la del docente.

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